Soy Monse Quiroga y tengo 27 años. Me caracterizo por ser una joven alegre, emprendedora, con alma misionera, y mi gran pasión, es estar involucrada en proyectos que generen un impacto social en mi entorno.
Crecí en una familia misionera, y desde que yo tenía 5 años me llevaban de misiones urbanas a la Col. Independencia, aquí en Monterrey. En esta experiencia, encontré mi pasión por ser misionera y de ayudar a los demás. También, al poder contemplar la calidad y la poca disponibilidad de alimentos a la que se tiene acceso cuando cuentas con recursos limitados, fue lo que me movió a estudiar la carrera de Ingeniería en Industrias Alimentarias, con el compromiso de realizar una empresa que desarrollen productos nutritivos a un bajo costo, así como ayudar a comunidades rurales a que desarrollen productos partiendo de los alimentos que ellos mismos cosechan.
Durante éste tiempo le preguntaba a Dios ¿qué quería de mi? y que me lo dijera directo, porque soy una hija muy despistada, y así establecí mi misión en la vida: servir a Dios y a los demás desde mi profesión.
Posteriormente, me enteré que en la Arquidiócesis de Monterrey existe una Pastoral Vocacional y que había un Proceso Vocacional, entonces dije: “de aquí soy”, es mi momento de conocer bajo qué camino específico es por el que realizaré mi misión en la vida.
Para mi, vivir mi proceso vocacional fue un tiempo que me regalé para tener un encuentro más personal con Dios y dedicarle 9 meses en estar en constante comunicación con Él, tener acompañamiento por hermanas religiosas y laicas, sesiones de formación, jornadas y misiones vocacionales, así como el poder darme cuenta de la gran riqueza de carismas que tiene nuestra Iglesia en donde comprobé que no hay duda que nuestra Iglesia es universal.
Después de haber tenido la dicha de vivir mi proceso vocacional, Dios me hizo ver que soy llamada a cumplir mi misión en la vida dentro del matrimonio, formando una “Iglesia doméstica misionera”. Tú que ahora me estás leyendo, te invito a que busques a Dios en lo ordinario, cada uno tenemos una misión específica dentro del Plan de Salvación de Dios, en un camino de vida específico, y podemos generar un gran impacto positivo en nuestra sociedad.